
Movimientos Insólitos
Rheinmetall ha más que duplicado su precio en bolsa en 2025 y, lejos de enfriarse, sigue atrayendo a los inversores. La razón no es ningún misterio: Europa ha pasado del discurso pacifista a la chequera defensiva, y las empresas de armamento están recogiendo los frutos. El mercado no vota, descuenta escenarios, y ahora mismo descuenta más gasto militar, más contratos y menos complejos morales. Rheinmetall se ha convertido en uno de los símbolos más claros del nuevo orden europeo.

El Banco de Japón ha subido los tipos al 0,75%, el nivel más alto desde 1995, cerrando definitivamente la era del dinero gratis en la economía nipona. Es un movimiento histórico que reconoce que la inflación ya no es un fantasma lejano y que la política ultralaxa tiene fecha de caducidad. El impacto va más allá de Japón: afecta al yen, a los flujos globales de capital y a todos los inversores que durante años usaron Japón como ancla de financiación barata.

En Europa, los analistas dan por hecho que el BCE se queda instalado en el 2% y que el ciclo de recortes ha terminado. Traducido: no habrá más regalos. La inflación está más controlada, pero no muerta, y el banco central prefiere pecar de prudente que de complaciente. Para los mercados es una señal de estabilidad; para gobiernos muy endeudados, un recordatorio incómodo de que el dinero barato no va a volver a corto plazo.

SpainUP
Moeve ha transformado ya 500 estaciones de servicio, un tercio de su red, en apenas un año desde su cambio de marca. No es solo un lavado de cara: es una apuesta por reposicionarse en un mercado donde repostar gasolina ya no es suficiente. Más servicios, más imagen y más margen. El ritmo del despliegue indica urgencia estratégica: quien no se reinvente ahora, corre el riesgo de quedarse irrelevante en la próxima década.

La CNMC busca una salida casi desesperada a la crisis de las circulares eléctricas tras el varapalo del Consejo de Estado. El regulador está contra las cuerdas, con normas cuestionadas y un sector eléctrico atrapado en la inseguridad jurídica. El problema no es solo técnico, es político: cada paso en falso encarece inversiones y retrasa decisiones clave en un momento en el que la red eléctrica es crítica para todo, desde la industria hasta la transición energética.

Por último, el “tsunami accionarial” de Naturgy sigue avanzando con la creación de un núcleo duro español liderado por Criteria y bajo la influencia directa de Fainé. El objetivo es claro: estabilidad, control y evitar sorpresas externas. No es una operación de mercado al uso, es una jugada de poder. Naturgy se convierte así en un ejemplo de cómo, cuando un activo es estratégico, el capital nacional se organiza y cierra filas, aunque eso signifique menos ruido bursátil y más decisiones en despachos cerrados.

Geopolítica
El Gobierno de Netanyahu ha dado otro paso que dinamita cualquier ficción de negociación: ha legalizado 19 nuevos asentamientos israelíes en Cisjordania, muchos de ellos ya existentes de facto, pero ahora blindados por ley. El mensaje es directo y sin maquillaje: el terreno manda más que la diplomacia. Mientras la comunidad internacional repite comunicados de “preocupación”, Israel consolida posiciones sobre el mapa, complicando aún más cualquier solución a dos Estados y tensando la relación incluso con aliados tradicionales. No es un gesto simbólico, es una decisión estructural que cambia hechos sobre el terreno y deja claro quién está marcando el ritmo.

En Estados Unidos, el llamado “archivo 468” ha vuelto a abrir una grieta incómoda: una fotografía de Trump supuestamente junto a 4 menores, incluida en los papeles de Epstein, que el Departamento de Justicia publicó y borró poco después. El daño ya estaba hecho. El episodio alimenta la sospecha de opacidad y refuerza la sensación de que hay una gestión errática —o interesada— de la información más sensible del caso. Cada filtración, rectificación o borrado no aclara nada; al contrario, añade ruido, desconfianza y munición política en un año donde cualquier chispa puede convertirse en incendio electoral.

Washington también ha interceptado un nuevo petrolero frente a las costas de Venezuela, intensificando la presión económica sobre el régimen de Maduro. La operación es una señal clara de que EE. UU. no piensa aflojar el cerco energético, incluso a riesgo de tensar aún más la relación con Caracas y sus aliados. Para Venezuela es otro golpe a su ya frágil capacidad de exportación; para EE. UU., una demostración de fuerza en un tablero donde la energía sigue siendo un arma geopolítica de primer nivel.

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