Movimientos Insólitos

Inditex ha vuelto a marcar máximos históricos en bolsa impulsada por el respaldo de Jefferies, que refuerza la confianza del mercado en el modelo del gigante textil. La lectura es clara: mientras muchas compañías luchan por adaptarse al consumo cambiante, Inditex sigue demostrando que sabe vender, ajustar precios y mantener márgenes. No hay épica aquí, sino ejecución constante, algo que los inversores valoran especialmente en tiempos de incertidumbre.

La deuda pública en la zona euro sigue creciendo como una bola de nieve y todo apunta a que 2026 traerá una emisión récord. Los Estados necesitan financiar gasto, transición energética, defensa y envejecimiento poblacional, y el resultado es más deuda sobre deuda. De momento, los mercados lo absorben sin pánico, pero el problema no desaparece: simplemente se pospone. La pregunta incómoda es cuánto tiempo puede sostenerse este ritmo sin que suban de verdad los costes o sin que alguien empiece a exigir ajustes más duros.

En la jornada bursátil, el Ibex 35 se mueve sin grandes sobresaltos, reflejando un mercado cansado, más pendiente de los bancos centrales y de la geopolítica que de las noticias corporativas del día a día. No es un mercado de euforia ni de desplome, sino de espera, donde muchos inversores prefieren no moverse demasiado hasta tener señales más claras de lo que viene en 2026.

SpainUP

Acciona ha creado una comisión independiente con perfiles de peso —entre ellos un ex presidente de la CNMV y el máximo responsable de EY en España— para auditar su política anticorrupción. El movimiento busca reforzar credibilidad en un momento delicado, mostrando voluntad de transparencia y control interno. Más allá del gesto, el mensaje es claro: en las grandes corporaciones, la reputación ya es un activo tan crítico como los resultados financieros.

Kutxabank ha repartido 277 millones de euros a sus accionistas en los nueve primeros meses de 2025, confirmando que la banca sigue generando beneficios sólidos pese al ruido regulatorio y político. La retribución refleja una estrategia clara: devolver capital y reforzar la confianza de los socios en un entorno donde se cuestiona con frecuencia el papel y los márgenes del sector financiero.

Por último, Acciona ha logrado una gran concesión de agua en Brasil que implicará una inversión de unos 2.400 millones de euros. Es una apuesta a largo plazo en infraestructuras básicas, un negocio menos visible pero extremadamente estable. La operación consolida la presencia internacional del grupo y demuestra que, más allá del discurso verde, el agua y los servicios esenciales siguen siendo uno de los pilares más sólidos para crecer fuera de España.

Geopolítica

Polonia está empujando con fuerza dentro de la Unión Europea para que se utilice el dinero ruso congelado como vía directa de financiación para Ucrania, con un mensaje deliberadamente crudo: o se usa ese dinero ahora o el coste será más sangre mañana. Varsovia actúa como la voz más dura del bloque oriental, consciente de que la guerra no es una abstracción geopolítica sino una amenaza directa a su seguridad. El debate vuelve a mostrar las divisiones internas de la UE: algunos países ven la medida como necesaria y urgente, otros temen el precedente legal y las posibles represalias. En el fondo, la discusión ya no es moral, sino práctica: cuánto tiempo puede resistir Ucrania sin un respaldo financiero estable.

En Estados Unidos, Ghislaine Maxwell ha lanzado una nueva maniobra legal que podría retrasar la publicación de los llamados “papeles de Epstein”, documentos clave para esclarecer la red de relaciones y posibles encubrimientos en torno al caso. El movimiento ha reavivado la sensación de que la verdad sigue secuestrada por tecnicismos legales y estrategias dilatorias, alimentando la desconfianza pública hacia el sistema judicial y las élites implicadas. Cada retraso no solo prolonga el escándalo, sino que refuerza la idea de que hay intereses poderosos empeñados en que ciertos nombres nunca salgan a la luz.

China, mientras tanto, ha reiterado su apoyo a Venezuela en un momento en que Donald Trump intensifica la presión sobre el régimen de Nicolás Maduro. Pekín se posiciona como respaldo político y estratégico frente a Washington, reforzando su narrativa de defensa de la soberanía frente a las injerencias externas. Para Caracas, este apoyo es vital; para China, es otra pieza más en su pulso global con Estados Unidos. Venezuela vuelve así a convertirse en un tablero donde se cruzan intereses mucho mayores que su propia crisis interna.

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